Las ocho canciones de El Rastro Firme funcionan como fragmentos de un mundo en descomposición, diferentes tiempos suspendidos en la bruma, en el polvo, en el hielo, en el vacío sideral. Un viaje por un tiempo incierto, repleto de atmósferas densas y amenazantes y alguna posibilidad de luz. El ambient colisiona con melodías intimistas y loops hipnóticos que mantienen una pugna constante entre meditación y tensión. Una colección de grabaciones de campo se cuela en la mayoría de los cortes, pero desprovistas de apego a su realidad original, como si fueran secuencias de tiempos extinguidos. Música concebida para detener el tiempo, si es que eso es posible.

Este disco surge como resultado de interpretar la banda sonora original compuesta para la película documental “El rastro firme”, escrita y dirigida por Fernando Gómez Luna (Omen Cinema y Qustodia Films). Una vez finalizado aquel trabajo me propuse volver a algunas de las canciones que allí aparecían para extender su potencial más allá del film, rescaté otras canciones descartadas para la película e incorporé nuevos pasajes musicales y sonoros al score original. El Rastro Firme es un disco que funciona como alegoría del implacable e inevitable paso del tiempo, transitando entre la nostalgia y el optimismo. Una banda sonora para dejar de ser esclavo del tiempo.

Agradezco especialmente a Fernando Gómez Luna por provocar y confiar en mi música ('El rastro firme' es su marca registrada), a Angel Molina por sus certeras palabras y el apoyo temprano al proyecto y a Oigovisiones Label, sello donde originalmente se publicó Volver a encender (chispa para que este disco fuera concebido).

Todas las canciones escritas y mezcladas por Juan entre marzo de 2020 y agosto de 2021.

Grabaciones de campo originales registradas en las provincias de Córdoba, Cádiz, Granada y Bizkaia.

Masterizado por Xergio Córdoba en Eternal Midnight, Madrid.

Prensado en Krakatoa Records, Castelló de la Plana.

Proyecto realizado en colaboración con la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí.

© Juan x Amor Fotografía